Aunque hoy hablamos de ciberataques, inteligencia artificial o riesgos reputacionales, la necesidad de proteger lo que es valioso no es nueva. Desde hace milenios, las personas ( y especialmente quienes emprenden, comercian o lideran empresas ) han buscado formas de protegerse frente a lo incierto.
Si te apetece un pequeño viaje en el tiempo, hoy te contamos cómo nació el seguro y cómo ha evolucionado hasta convertirse en una herramienta clave para la continuidad de los negocios.
Cuando cruzar el mar era cuestión de fe… y de comunidad
Empezamos en la antigua Mesopotamia, alrededor del año 3000 a.C..
Allí los comerciantes, que viajaban en caravanas o barcos para transportar mercancías, ya tenían una forma rudimentaria de protección: el famoso “préstamo a la gruesa”. ¿Cómo funcionaba? Si el viaje salía bien, todos ganaban. Si el barco se hundía o era atacado, la pérdida se repartía entre todos. Una forma básica pero efectiva de asumir riesgos de manera colectiva.
En Egipto y Grecia, surgieron las primeras formas de ayuda mutua entre gremios o hermandades. Si un miembro fallecía, los demás cubrían los gastos funerarios y ayudaban a la familia. Era solidaridad, sí, pero también estrategia: asegurar la estabilidad del grupo.
Roma y la Edad Media: cuando la ayuda se organiza
En la antigua Roma, nacen las cofradías. Agrupaciones que ofrecían apoyo económico en caso de accidente o muerte. Eran los primeros intentos de sistematizar la protección individual dentro de una comunidad.
Avanzamos hasta los siglos XII y XIII, en plena Edad Media, cuando las rutas comerciales por mar empiezan a florecer. En ciudades como Génova y Venecia, los mercaderes se enfrentaban a tormentas, piratas o naufragios. Así nació el seguro marítimo, ya con contratos formales y cláusulas claras. Era la forma de garantizar que, aunque un barco se perdiera, la empresa no quebrara.
En la península ibérica, las cosas también se movían: en el siglo XVI, las Ordenanzas de Bilbao recopilan las primeras normativas sobre seguros marítimos y mercantiles, anticipando el derecho asegurador moderno.
Londres, incendios y los primeros corredores
Saltamos al siglo XVII. El Gran Incendio de Londres en 1666 destruye gran parte de la ciudad. El desastre fue el detonante para que nacieran los primeros seguros contra incendios, una necesidad urgente.
Poco después, en las cafeterías de la ciudad, surge Lloyd’s of London, un punto de encuentro entre comerciantes, armadores y aseguradores que acabaría siendo uno de los pilares del seguro moderno. Allí no solo se firmaban pólizas, se analizaban riesgos, se compartía información, se construía confianza.
Siglo XIX: cuando el seguro se diversifica y se profesionaliza
La Revolución Industrial lo cambia todo. Las fábricas multiplican los riesgos laborales, las ciudades crecen, y con ellas, los accidentes. Nacen entonces las primeras compañías especializadas en seguros de vida, accidentes y salud.
El seguro deja de ser solo marítimo o patrimonial, y entra en la vida cotidiana de las personas y de los empresarios.
Siglo XX: el seguro se vuelve esencial para el sistema económico
Con el siglo XX, los seguros se expanden y se consolidan. Ya no solo se aseguran bienes o personas, sino que los gobiernos introducen seguros sociales: pensiones, desempleo, salud pública…
Para entonces, el seguro ya es una pieza clave del desarrollo económico, y las empresas lo adoptan no solo por obligación legal, sino porque asegurar su continuidad se vuelve imprescindible.
Siglo XXI: riesgos nuevos, respuestas inteligentes
Y así llegamos al presente.
Un mundo hiperconectado donde los riesgos no siempre son visibles. Hoy hablamos de ciberseguridad, cambio climático, interrupciones en la cadena de suministro, vehículos autónomos o inteligencia artificial mal utilizada.
Y aunque todo parezca muy digital, el fondo sigue siendo el mismo:
proteger lo que importa, anticiparse a lo que puede fallar, y contar con alguien cuando lo inesperado ocurre.
En Bravo y Cía, llevamos más de tres décadas acompañando a empresas como la tuya
Empresarios que, como aquellos comerciantes de la antigüedad, toman riesgos, innovan, generan empleo, construyen valor. Y que saben que no pueden hacerlo solos.
En Bravo y Cía creemos firmemente que el seguro debe ir mucho más allá de una póliza o un trámite. Por eso apostamos por un enfoque que combina la gerencia de riesgos con una gestión cercana y eficaz de los siniestros.
No solo te asesoramos. Te ayudamos a construir una estrategia de protección adaptada a tu realidad, tu sector y tu momento empresarial. Porque entendemos que cada empresa tiene su propia historia… y merece estar bien protegida.
¿Y tú, estás gestionando tus riesgos o simplemente esperando que no pase nada?
Si quieres explorar cómo proteger tu negocio con inteligencia, estrategia y humanidad, estamos listos para ayudarte.
En Bravo y Cía, convertimos el seguro en una herramienta de crecimiento, no solo de protección.
Fuentes consultadas
Este artículo ha sido elaborado a partir de información recopilada de diversas fuentes históricas y especializadas en el sector asegurador, entre ellas:
Ordenanzas de Bilbao (siglo XVI) – Archivos históricos del derecho marítimo español
Instituto de Ciencias del Seguro – ICEA / UNESPA
Skipper, H.D. – The History of Insurance
En Bravo y Cía nos comprometemos no solo a proteger a nuestros clientes, sino también a compartir conocimiento riguroso que ayude a entender el verdadero valor del seguro en la vida empresarial.